domingo, 26 de junio de 2011

Ludo Martens, un gran marxista de nuestro tiempo, ha muerto


Ludo Martens ha muerto.
El 5 de junio se apagó la existencia física de este hombre que hizo de su vida una fuente de luz para su tiempo.
Hijo mayor de un capitalista belga, escogió la Universidad de Lovaina para estudiar la carrera de Medicina. El Mayo del 68 capturó su espíritu libertario; se convirtió en uno de los líderes del movimiento y junto a estudiantes alemanes aprendió a buscar la explicación de los complejos problemas de la sociedad moderna en la lectura de los textos de Marx y Lenin.
Bajo su impulso, los estudiantes de la conservadora Universidad se involucraron con las luchas obreras, rechazaron el racismo y las guerras imperialistas y recabaron un millón de firmas a favor de la nacionalización de los inmigrantes; cuando Martens denunció la pedofilia en la Iglesia Católica de Bélgica, la Universidad se decidió a expulsarlo. Aceptado por la Universidad de Gante, promovió también en ésta la lucha solidaria con obreros huelguistas.
En esos momentos, Ludo inspiró la creación del Sindicato de Estudiantes que se esforzó por orientar a los estudiantes hacia el mundo del trabajo, con la consigna de integrar en un solo frente contra El Capital a obreros y estudiantes. En el Sindicato de Estudiantes, Ludo explicaba a sus camaradas que la verdadera libertad de los intelectuales consistía en comprender cómo estaba hecha esta sociedad, de dónde provenía la injusticia, cuáles eran las leyes del desarrollo la historia y, a partir de ahí, actuar en consecuencia.
Para un auténtico marxista, “actuar en consecuencia” significa poner todos los conocimientos y los actos al servicio de la liberación de la clase obrera. Junto a sus compañeros, debate sobre el rumbo de sus vidas al terminar los estudios, a qué clase debían servir, qué compromiso habían adquirido con la parte mayoritaria de la sociedad. Eran los años 70s, cuando los Partidos Comunistas se hundían en el reformismo y el revisionismo; en ese momento, bajo la influencia de Ludo, deciden formar un nuevo partido, firmemente establecido sobre las enseñanzas del marxismo-leninismo, con el objetivo de servir al pueblo.
Con estas firmes bases y un correcto método de trabajo con las masas, fundan el núcleo original llamado AMADA (Alle Macht Aan de Arbeiders: “Todo el Poder al Pueblo”) que en 1979 se constituye como Partido del Trabajo de Bélgica (PTB). Al tiempo que construye una sólida organización al servicio de los explotados de su país, Ludo observa críticamente la degeneración del Partido Comunista de la Unión Soviética y de los partidos gobernantes de Europa Oriental convertidos en satélites de aquél; en los años 80s advierte sobre la catástrofe que representará para los pueblos que iniciaron el camino histórico de la construcción del socialismo y para la humanidad toda, el regreso del capitalismo.
Cuando en 1989-91, del derrumbe del muro de Berlín al de la URSS, la confusión y desmoralización hacen presa de los “comunistas” que no habían estudiado y mucho menos calculado las consecuencias de la progresiva degradación de los países del bloque soviético, el PTB con Ludo Martens a la cabeza convoca al Seminario Comunista Internacional (SCI), que inicia un minucioso análisis de aquel fenómeno, estudia sus causas mas profundas y brinda a los comunistas del mundo entero un balance justo de la primera experiencia de construcción del socialismo en la historia contemporánea. Desde 1992 el SCI se realiza anualmente en Bruselas; sus documentos y conclusiones han arrojado luz en una época especialmente oscura, fortaleciendo la confianza en que el porvenir pertenece a los proletarios y pueblos oprimidos del mundo.
Ludo Martens dedicó una atención especial al análisis de esta época histórica: además de sus aportaciones al estudio de la situación actual que presentó en el SCI, escribió tres libros: “Otra visión sobre Stalin”, “De Tian An Men a Timisoara” y “La Contrarrevolución de Terciopelo”, indispensables para comprender y combatir al revisionismo moderno.
La vida de Ludo Martens fue un ejemplo de dedicación a la práctica revolucionaria, al trabajo intelectual exhaustivo al servicio de esta práctica, fue un ejemplo de vida sencilla y lucha dura, despreciando los altos salarios y los honores con los que la burguesía suele comprar a la intelectualidad pequeñoburguesa. Los últimos diez años de su vida activa los dedicó a apoyar la liberación de la antigua colonia saqueada y exprimida por los imperialistas de su país: la República Democrática de El Congo. “Hay que devolver la Historia a quienes realmente la hacen”, decía Ludo. Tres libros dedicó a recuperar para el pueblo africano el orgullo de sus luchas revolucionarias: “Pierre Mulele, la otra vida de Patricio Lumumba”, Leonie Abo y otro dedicado a Laurent Kabila.
Gilfredo Verdugo, Secretario General del Partido Obrero Rojo y asesor de la AC “Tierra y Libertad” dijo en el sencillo homenaje luctuoso dedicado a Ludo Martens:
La sensible muerte del camarada Ludo Martens no es sólo una gran pérdida para el Partido del Trabajo de Bélgica, sino para todos los partidos, organizaciones y personas comunistas y progresistas del mundo; para todos aquellos quienes padecen la explotación y opresión de los capitalistas, de los imperialistas y de todo tipo de explotadores y opresores.
Nosotros tenemos muy en alto las obras teóricas de Ludo Martens, que reflejan un pleno dominio del punto de vista, posición y método del marxismo-leninismo así como una vasta experiencia práctica y que han contribuido, contribuyen y seguirán contribuyendo a acercar la revolución proletaria en primer lugar, en Europa, con toda su significancia mundial; pero no sólo ahí, sino también en el resto del mundo
.”

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