domingo, 16 de octubre de 2011

AMLO en Monterrey ¿pasó “el peligro”?

"Ante tanto nuevo amor de algunos líderes regios para López Obrador es inevitable caer en la sospecha de que, ahora sí, el mundo se va a acabar...” – decía la columna M.A.Kiavelo, voz y conciencia de la más recalcitrante burguesía regiomontana, al comentar las exitosas reuniones del otrora estigmatizado Peje el pasado 6 de octubre en esta ciudad con “empresarios y líderes sociales”, es decir, con capitalistas y representantes de ellos. En Cintermex se esperaba una asistencia de 400 personas: asistieron mil. En el Club Hípico, AMLO compartió algo más que pan y sal con 150 "hombres de empresa" y sus mujeres y posteriormente, afirma M.A.Kiavelo, se reunió con dos del Grupo de los 10 más destacados capitalistas de Monterrey. M.A.Kiavelo y muchos otros analistas, se muestran desconcertados, asombrados, desconfiados o todo junto, ante la nueva política de quien hasta hace poco era considerado por los capitalistas “un peligro para México” (o sea, un peligro para ellos). En el programa “Sin Pelos en la Lengua” de Radio Tierra y Libertad, Ignacio Staines y José Domingo Ríos concluyeron que no hay tal “nueva política” de AMLO, ni motivo alguno para que los dueños del Capital se asombren o desconfíen del tabasqueño. Para Staines y José Domingo no hay sombra de duda de que AMLO fue totalmente sincero cuando aseguró a su auditorio que “no les estaba dorando la píldora” y que “no está contra los hombres de empresa que invierten y generan empleos”. Invertir y generar empleos en México y en cualquier país capitalista significa explotar mano de obra en una despiadada competencia por la obtención de ganancias, competencia en la cual son arrollados los derechos y bloqueados los intereses de los trabajadores y trabajadoras, pero suele llevarse también entre las patas a los capitalistas pequeños y medianos, incapaces de poder competir con los grandes de la burguesía nacional. Los pequeños y medianos capitalistas están decepcionados del PAN y del PRI. Para ellos, Peña Nieto es el candidato de los capitalistas monopolistas, como lo será cualquiera que salga nominado por el PAN. Su opción -¿cómo no lo vieron antes?, se preguntan- es el candidato de la “izquierda” que defiende la soberanía nacional, que se opone a la privatización del petróleo y de la energía eléctrica, claro está, porque en manos privadas o de trasnacionales sólo los grandes capitalistas nacionales están en condiciones de asociarse con el capital extranjero, quedando los pequeños y medianos fuera de combate. López Obrador es su garantía de que siempre serán tomados en cuenta. López Obrador no está contra “los hombres de empresa” en general, contra la burguesía nacional en su conjunto, sólo contra su sector más reducido y poderoso, al que constantemente se refiere como “oligarquía”. Pero al apoyar al sector más débil y numeroso de la burguesía nacional, a los capitalistas pequeños y medianos, López Obrador permite la explotación de la inmensa mayoría que conforma al pueblo de México. Por eso su programa nunca incluirá aspectos de vital interés para las y los trabajadores: aumento de salarios y pensiones que garanticen una vida digna a los productores directos de la riqueza; disminución de la jornada semanal de trabajo a 40 horas (5 días de 8 horas) con pago de 56; Seguro del desempleo; alimentos calientes y gratuitos en todas las escuelas públicas de nivel básico, por ejemplo. Mientras el pueblo sencillo suele esperar horas de pie para escuchar un breve discurso de su guía, AMLO se desvivió para informar y aclarar a su ilustre auditorio cuantas dudas tuvieran en la cabeza sobre la sinceridad de su apoyo. “Esas palabras de AMLO quienes más debían escucharlas son los obreros y campesinos pobres, los trabajadores de la construcción, las empleadas domésticas, los desempleados, todos los que ponen sus esperanzas en las promesas de un candidato de cualquiera de los partidos registrados, que al llegar al poder acabarán con la miseria, la ignorancia, la enfermedad, hijas de un sistema explotador. Se darían cuenta entonces que esos candidatos no podrán cumplir jamás porque están de acuerdo con mantener este sistema de explotación capitalista, como clara y públicamente lo dijo López Obrador” señaló Staines. “Las leyes de la Historia demuestran que el fin de un sistema de explotación no será por elecciones, sino por la lucha directa de los explotados para expropiar a los explotadores, quienes opondrán la más feroz y violenta resistencia para conservar sus privilegios. Sin embargo, un régimen capitalista democrático debe ser utilizado por los pobres de la ciudad y del campo para avanzar en su organización y en su lucha lo más lejos posible”. AMLO es el único candidato que se ha preocupado por llevar algunas migajas a los desheredados, como el bono de 900 pesos para los mayores de 68 años y los apoyos a discapacitados, madres solteras y estudiantes. Este sólo hecho lo ha distinguido de los otros miserables que ni migajas le comparten al pueblo, pero hay que explicar sus propósitos y sus limitaciones, concluyeron.

1 comentario:

  1. saludos al locutor JOSE MENDOZA de la sra. sanjuanita aca los escuchamos en san nicolas

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