sábado, 28 de mayo de 2011
Clasista y degradante el castigo penal a los adolescentes en Chihuahua
Gobierno de Duarte, un adelanto de lo que espera al país si el PRI gana la presidencia.
“La condena de 15 años de cárcel a un adolescente en Chihuahua gracias a la reforma penal que permite que se castigue a los menores de 14 años en adelante involucrados en delitos ‘de alto impacto social’ como secuestro, extorsión y homicidio revela un criterio clasista y degradante, que al cabo de unos años se revertirá como una verdadera catástrofe social, puesto que las cárceles de la sociedad capitalista no permiten la readaptación de los jóvenes, son verdaderas escuelas del crimen” dijo Ignacio Staines, médico y asesor de la AC “Tierra y Libertad” en el programa “Sin pelos en la lengua” de la radio comunitaria Radio Tierra y Libertad.
“Clasista y degradante, dijo Staines porque juzgan lo que el acusado hizo y no porqué lo hizo, y en este porqué están precisamente todas las condiciones que han llevado a estos adolescentes al camino de la delincuencia: la miseria, la familia desintegrada, la pésima educación que en nada influye para abatir los índices de criminalidad, factores de los que el menos culpable es el niño convertido en criminal por el sistema social que primero lo abandona a su suerte y luego lo condena con toda severidad”.
Si las cárceles castigan más a la pobreza que al delito, al juzgar a los adolescentes como si fueran adultos, como si hubieran nacido criminales, el régimen profundiza la injusticia y confirma su incapacidad para solucionar este lacerante problema.
La solución no puede estar en manos de quienes buscan mantener esta sociedad de desigualdad, sólo puede venir del propio pueblo interesado en erradicar las causas últimas de la violencia que se alimenta reclutando a los jóvenes abandonados pos sus padres, por los maestros y por el gobierno; abandonados por un régimen cuya prioridad es la inversión en obras públicas para el desarrollo capitalista (puentes, carreteras, puertos, etc.) y no en la educación de calidad y gratuita que proteja y forme jóvenes sanos de cuerpo y mente desde la niñez más temprana hasta completar su mayoría de edad con alternativas de cultura, deporte y pleno empleo; como estas condiciones no las puede brindar el actual régimen socioeconómico, el pueblo tendrá que levantar la vista y darse cuenta que este es el gran obstáculo que hay que erradicar del camino.
Otra iniciativa del gobernador de Chihuahua César Duarte ha sido la ocurrencia de proponer para los jóvenes a quienes él llama ninis, el cumplimiento de tres años enrolados en el ejército, cambiando el nombre de esta moderna leva por el de “servicio a la comunidad”. Duarte, quien tan duro se porta contra los jóvenes de su Estado, es incapaz en cambio de reclamar a los imperialistas gringos con quienes Chihuahua tiene una larga frontera, la calidad de cómplices de la violencia que desangra al estado y al país, al no poder controlar la entrada de droga hacia su enorme población adicta, ni el contrabando de armas hacia los diferentes grupos de la delincuencia en México.
“En fin, César Duarte Jáquez, represor de la niñez chihuahuense y modelo en este aspecto de gobernadores como Rodrigo Medina que han manifestado su intención de reducir la edad penal, es el lamentable adelanto de lo que le espera al país si vuelve el PRI a la presidencia”, concluyó Staines.
“La condena de 15 años de cárcel a un adolescente en Chihuahua gracias a la reforma penal que permite que se castigue a los menores de 14 años en adelante involucrados en delitos ‘de alto impacto social’ como secuestro, extorsión y homicidio revela un criterio clasista y degradante, que al cabo de unos años se revertirá como una verdadera catástrofe social, puesto que las cárceles de la sociedad capitalista no permiten la readaptación de los jóvenes, son verdaderas escuelas del crimen” dijo Ignacio Staines, médico y asesor de la AC “Tierra y Libertad” en el programa “Sin pelos en la lengua” de la radio comunitaria Radio Tierra y Libertad.
“Clasista y degradante, dijo Staines porque juzgan lo que el acusado hizo y no porqué lo hizo, y en este porqué están precisamente todas las condiciones que han llevado a estos adolescentes al camino de la delincuencia: la miseria, la familia desintegrada, la pésima educación que en nada influye para abatir los índices de criminalidad, factores de los que el menos culpable es el niño convertido en criminal por el sistema social que primero lo abandona a su suerte y luego lo condena con toda severidad”.
Si las cárceles castigan más a la pobreza que al delito, al juzgar a los adolescentes como si fueran adultos, como si hubieran nacido criminales, el régimen profundiza la injusticia y confirma su incapacidad para solucionar este lacerante problema.
La solución no puede estar en manos de quienes buscan mantener esta sociedad de desigualdad, sólo puede venir del propio pueblo interesado en erradicar las causas últimas de la violencia que se alimenta reclutando a los jóvenes abandonados pos sus padres, por los maestros y por el gobierno; abandonados por un régimen cuya prioridad es la inversión en obras públicas para el desarrollo capitalista (puentes, carreteras, puertos, etc.) y no en la educación de calidad y gratuita que proteja y forme jóvenes sanos de cuerpo y mente desde la niñez más temprana hasta completar su mayoría de edad con alternativas de cultura, deporte y pleno empleo; como estas condiciones no las puede brindar el actual régimen socioeconómico, el pueblo tendrá que levantar la vista y darse cuenta que este es el gran obstáculo que hay que erradicar del camino.
Otra iniciativa del gobernador de Chihuahua César Duarte ha sido la ocurrencia de proponer para los jóvenes a quienes él llama ninis, el cumplimiento de tres años enrolados en el ejército, cambiando el nombre de esta moderna leva por el de “servicio a la comunidad”. Duarte, quien tan duro se porta contra los jóvenes de su Estado, es incapaz en cambio de reclamar a los imperialistas gringos con quienes Chihuahua tiene una larga frontera, la calidad de cómplices de la violencia que desangra al estado y al país, al no poder controlar la entrada de droga hacia su enorme población adicta, ni el contrabando de armas hacia los diferentes grupos de la delincuencia en México.
“En fin, César Duarte Jáquez, represor de la niñez chihuahuense y modelo en este aspecto de gobernadores como Rodrigo Medina que han manifestado su intención de reducir la edad penal, es el lamentable adelanto de lo que le espera al país si vuelve el PRI a la presidencia”, concluyó Staines.
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