domingo, 18 de marzo de 2012

Arroyo de El Obispo: damnificados del sistema



¿Quizás lo que no pudieron las ciegas fuerzas de la naturaleza con su ataque despiadado del 1º de julio de 2010 lo logrará el congelado desprecio de la burocracia?
Durante las horas eternas que la furia del huracán Alex se abatió sobre el área metropolitana, miles de familias a quienes la sociedad capitalista mantiene en calidad de ejército industrial de reserva para abaratar aún más los salarios de sus esclavos modernos, sin preocuparse por las miserables condiciones en que éstos viven o mueren, tuvieron que abandonar junto con sus frágiles viviendas toda esperanza de rescatar del agua torrencial alguno de sus escasos bienes, para salvar apenas la vida de sus hijos.
Sin más prendas que las que llevaban puestas, compartieron en improvisados refugios la falta de alimentos y de intimidad con otros y otras hermanas de desgracia. Aún faltaba el impacto brutal del regreso a las cañadas y a los márgenes de los arroyos, donde toneladas de lodo y escombros ocupaban el lugar de lo que alguna vez fueron sus humildes hogares. Y las manos femeninas y las manos infantiles no tuvieron tiempo de enjugar las lágrimas, porque debían sumarse a la amarga tarea de volver habitable el desastrado paisaje.
Fue entonces que las autoridades de los tres niveles salieron a representar su papel. Al vendaval maligno sucedería un vendaval de promesas. De ninguna manera se permitiría que seres humanos volvieran a vivir en condiciones infrahumanas arrastrando a sus hijos en tales penurias. Para eso ¡faltaba más!, se haría presente el apoyo del Estado que dispone para ello de los providenciales recursos del Fondo para Desastres Naturales (Fonden).
20 (veinte) meses después de estas promesas, 400 familias damnificadas por el huracán siguen sobreviviendo en las mismas condiciones en las márgenes del Arroyo El Obispo. La prolongada sequía que castiga a la región no es suficiente para borrar el temor que asoma a los rostros los ocasionales días que nubes de lluvia ensombrecen los cielos y los ánimos. Niñas y niños viven la inocencia de su corta infancia jugando entre piedras y tierra, que no es más acogedor el interior de las casas por más que para ello se afanen sus padres. Y la ayuda prometida no llega. El Municipio de Santa Catarina recoge documentos, hace juntas, ofrece despensas, pero no dice una palabra sobre la reubicación digna. Sedesol Federal tiene los recursos, pero espera entre bostezos la convocatoria de las autoridades municipales, si es que llega algún día. Con tal que no se retrasen los sueldos, todo lo demás puede esperar.
Los estragos en la voluntad de resistir, de luchar, que no causó Alex, los está provocando la burocracia oficial. Cunden la desmoralización y el desánimo. El cinismo de las campañas electorales confirma que la pobritud solo puede aspirar a las ofensivas migajas a cambio de fingir que escuchan los discursos vanos. Hay rumores de que los damnificados podrían ser obligados a reubicarse en las minicasitas, negocio de constructores amigos de funcionarios que enjaulan a cuatro familias en sendas viviendas dentro de un terreno de 180 metros cuadrados, 45 metros por familia. “Mejor quedarnos donde estamos”, dicen muchas familias ante la perspectiva de vivir la guerra civil de las minicasitas.
Contra la negligencia criminal de la burocracia federal y municipal que las abandona a riesgos mortales y al sufrimiento de una vida animalesca, 50 familias damnificadas habitantes de El Obispo y agremiadas a la AC “Tierra y Libertad” tomaron las oficinas de Sedesol Federal en el Condominio Acero el pasado Jueves 15 de marzo para manifestar a viva voz su inconformidad y para exigir una solución inmediata y justa que obliga por mandato constitucional (el artículo cuarto ahí reclamado por niños y mayores) y no por graciosa caridad al Estado mexicano a cumplir con el derecho a la vivienda de sus ciudadanas y ciudadanos.
Damnificadas por un huracán pero sobre todo damnificadas por el inhumano sistema capitalista, para todas estas familias sólo existe el abismo a sus espaldas y la fatal tentación de escapar de la miseria para sus niños y jóvenes por las puertas abiertas de la delincuencia. No hay otra opción sino la lucha, enérgica y decidida con apoyo de la AC Tierra y Libertad para hacer cumplir a la burocracia criminal, que ha apostado a vencerlas por cansancio. Una inspección en sitio y una reunión con las autoridades municipales darán evidencia de que hay o no intenciones positivas de cumplir.
Una causa que bien merece el apoyo solidario.

2 comentarios:

  1. Gracias por el artículo, como que me ha caído un "Alex" en mis ojos después de leerlo.

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  2. en el programa norteno quiero un saludo para la familia martinez de parte de adelita ellos escuchan en el nuevo amanecer quiero una cancion de las palomas

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