martes, 9 de julio de 2013
Inician candidaturas independientes con fracaso; el premio para la partidocracia: mayor abstencionismo
Sólo
dos de los 14 Estados donde hubo elecciones el Domingo 7 de julio alcanzaron a
aprobar la legislación que permitió competir a candidatos independientes en
dichos comicios. Ese solo dato ya es un indicador del nulo interés que tienen
los partidos registrados por admitir a través de sus legisladores la
competencia de los ciudadanos a través de dichas candidaturas.
Aunque
sólo Zacatecas y Quintana Roo admitieron las candidaturas independientes, la
posibilidad de contar con candidatos ajenos a las mafias que controlan los
nombramientos dentro de los partidos registrados creó grandes expectativas. Se
habló de una bocanada de aire fresco que sanearía los pútridos olores de los
establos de Augías electorales.
Pero
los propios partidos, a través de sus legisladores, con el apoyo de los
Institutos Electorales y con el remate de la Suprema Corte y el TRIFE, se
encargaron de convertir a las independientes en meros espantapájaros. El
resultado: sólo UNA de un total de doce postulaciones independientes entre las
dos Entidades se alzó con el triunfo; ni uno solo de los candidatos
independientes a diputados pudo ganar.
¿A
que se debió este rotundo fracaso de las candidaturas independientes? A las
múltiples limitaciones y trabas que les impusieron los legisladores y que
aprobaron los Institutos Electorales, la SCJN y el TRIFE. En Zacatecas, por
ejemplo, exigieron para las alcaldías un respaldo del 15 por ciento del total
del electorado para poblaciones de hasta 15 mil habitantes y 5 por ciento para las mayores de 50 mil. Baste comparar con el 2.5 por ciento que se pide a los
partidos registrados para no perder el registro y sus privilegios, favorecidos
además por los millonarios presupuestos, la infraestructura y equipamiento
costeados por el erario público.
En cuanto a las candidaturas independientes
para diputado en Zacatecas, la ley reformada exigió que fueran respaldadas por
el 15 por ciento del total del electorado, independientemente de su población.
Un independiente por Fresnillo debía acompañarse, por ejemplo, ¡por 18 mil
simpatizantes!
En
Quintana Roo fueron menos toscos. Ahí la ley reformada “sólo” exigió un
respaldo del 2 por ciento de los electores. Los cuatro candidatos
independientes a Alcaldes en ese Estado y los diez candidatos a diputados independientes que
lograron reunir esta cantidad de apoyadores no fueron capaces de entusiasmar a
la ciudadanía.
Sí,
en Zacatecas y Quintana Roo ciudadanos sencillos y valiosos no tienen acceso al registro, por eso fracasaron las candidaturas independientes, pero al mismo tiempo fracasó todo el proceso electoral, que a pesar de los miles de millones de pesos que cuesta a los contribuyentes, alcanzó ahora un 43 % de abstención en el
primero y un 67 % en el segundo. Los mezquinos partidos registrados se están
saliendo con la suya, pero en su insaciable ambición no se dan cuenta que le
están cerrando todos los caminos legales y pacíficos a una población cada vez
más exasperada por los bajos salarios y pensiones, la inseguridad en todos los
órdenes de la vida diaria, la corrupción
rampante y la insultante riqueza de unos cuantos.
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