lunes, 7 de junio de 2010

Represión a Cananea, nueva afrenta a cobrar


Cananea, Cananea /
de tus tiros partieron los primeros alientos de una aurora /
que no ha dado la luz que necesito /
para decir de pueblo en pueblo /
que ya no hay tuberculosis producida por el hambre /
ni banquetes de bodas de cientodiezmil pesos /
que ya no hay grandes puercos /
que hocean entre la sangre y la traición.
Carlos Pellicer
Ay, Felipe Porfirio Calderón Díaz ¿no te incomoda el fundillo sentarte sobre bayonetas?
Otro junio, en 1906, los federales echaron a los mineros de Cananea a las fosas, a la sierra y a San Juan de Ulúa. Seis meses después se refocilaron con la sangre de los obreros de Río Blanco. Tales victorias dieron cuatro años más de vida a un régimen caduco, que creyó reinar eternamente sobre el pasmo, la apatía y la cobardía. Del pasmo, la apatía y el temor, se alzó la revolución.
No, Calderón y Larrea no están obligados a aprender de la Historia. El pueblo mexicano sí.

Foto: Agentes de la PFP después de expulsar a los mineros.

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