lunes, 28 de febrero de 2011

“Por los defensores de los DDHH asesinados ¡no un minuto, sino todo el sexenio de silencio”: Gobierno mexicano


La tragedia interminable de la familia Reyes Salazar que suma la muerte de los hermanos Josefina, Rubén, Magdalena y Elías; de Julio César (hijo de Josefina) y de Luisa (esposa de Elías), ha conmovido a la opinión pública nacional e internacional; ha obligado al Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU en México a expresar su "indignación y enérgica protesta"; ha llevado a Amnistía Internacional a exigir medidas de protección para el resto de la familia y ha motivado a varios países a ofrecer asilo a los sobrevivientes.
Solo el gobierno mexicano permanece inconmovible, reacio a ofrecer una explicación, ya no digamos a pedir perdón por su conducta negligente y permisiva equivalente a complicidad, ni mucho menos a encontrar y castigar a los culpables.
Este silencio del gobierno mexicano es tanto mas ominoso cuanto mas se recuerda, como señala el comunicado del Comité Cerezo México, que la lucha que emprendió la familia Reyes Salazar “fue y sigue siendo contra la militarización, contra el Estado-narco-paramilitar que utiliza en todo el territorio nacional a sujetos vestidos de negro, muy bien armados, que cuando detienen personas, ya sean éstas, delincuentes, población civil o luchadores sociales, cerca de retenes militares y policiacos o atravesándolos, se desvanecen en la nada, modus operandi criminal aprendido en Colombia y financiado por los Estados Unidos”.
No es casual que sean los mismos antecedentes de la ejecución extrajudicial de Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas, destacados defensores y promotores de los derechos indígenas en la región de Ayutla en Guerrero. Raúl y Manuel habían denunciado múltiples casos de violaciones a los derechos humanos por parte de elementos del Ejército mexicano y de los cuerpos policíacos, como actos de allanamiento, retenciones e interrogatorios ilegales en aquella región.
Según la Agencia EFE, al levantar el plantón que sostenían en la Cd. de México para arreglar el funeral de sus hermanos en Juárez, dos de las sobrevivientes de esta familia, Marisela y Olga Lydia, denunciaron aunque los tres nuevos asesinatos se enmarcan en una creciente ola de acoso sistemático a la familia por parte del Estado, no abandonarán su lucha por justicia.
"Así como esclarecieron la muerte del agente de Estados Unidos (Jaime Zapata, asesinado recientemente) así exigimos se esclarezca la muerte de todos nuestros hermanos", reclamó.
"Estamos -dijo Olga Lidia Reyes Salazar- con la frente en alto, somos luchadores sociales y defenderemos nuestra honorabilidad y por eso es que estamos dando la cara".
Una ejemplar actitud que merece el respaldo solidario de todo lo que haya de noble y solidario en este país.

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