domingo, 17 de julio de 2011
Penalización de niños: bancarrota total de una sociedad
“Yo lo único que le pido a la gente es que no sea nada más una visión de defender a los niños, sino que busquen una solución de cómo resolver el problema, porque envolverse en la bandera para simplemente decir ‘¡qué bárbaros!, ¿cómo?, ¡pobres niños!’ ¿Pobres niños?¡ manguera!, ¡pobre sociedad que la estamos mandando al diablo si no corregimos estos problemas!”
Este increíble muestrario de exabruptos pertenece a uno de los más destacados representantes de la burguesía regiomontana: Mauricio Fernández Garza, Alcalde del municipio de San Pedro, aspirante pasado y futuro a la gubernatura de Nuevo León, miembro distinguido de la dinastía Garza Sada.
Fernández Garza fue entrevistado después de presentar junto con el alcalde de San Nicolás de los Garza y el Presidente de la bancada de diputados panistas una iniciativa de reforma a la Constitución Federal para bajar la edad de castigo penal de 18 a 12 años cuando el menor cometa delitos relacionados con el crimen organizado.
Antes que Mauricio Fernández, el Gobernador Rodrigo Medina había adelantado la propuesta de reducir la edad penal, y antes aún, otro destacado priista y millonario, Benjamín Clariond, había declarado a los medios que lo que hacía falta era matar más delincuentes.
Que la elite gobernante, panista o priista, llegue a la conclusión de que hay que empezar a llenar las cárceles con niños convertidos en delincuentes por adultos, demuestra el avanzado grado de descomposición de esta sociedad capitalista; es el reconocimiento de que su clase dirigente es totalmente incapaz de encontrar una solución justa al problema, porque su raíz está en la propia naturaleza de esta sociedad.
A pesar de que en esa misma entrevista Mauricio reconoció: “Tenemos mucha pobreza y mucha desatención social y si ahora le sumas que hay una abierta invitación del crimen organizado a incorporar menores de edad, sin duda sí está complicado”. Pero los planes contra la “mucha pobreza y la desatención social” jamás inclinarían a estos preocupados gobernantes burgueses a hacer una reforma a las leyes para decretar la abolición de la propiedad de los grandes medios de producción, que es lo que permite generar una extraordinaria riqueza de un lado y una extrema pobreza en el otro.
Pero tampoco propusieron los tres ilustres panistas una reforma a la ley para castigar con altas penas de cárcel a todos los involucrados en la deserción escolar: a Elba Esther Gordillo y Felipe Calderón en primer lugar, por negociar los altos puestos del poder político a cambio de la pésima calidad educativa de las escuelas públicas, a Secretarios de Educación, Directores y maestros que permiten que niños y adolescentes abandonen las aulas sabiendo que éste es el mercado donde se surten de carne de cañón los criminales. Vaya, ni siquiera pidieron cárcel para su compañero de partido, Felipe de Jesús Cantú, a pesar de que Mauricio Fernández recordó: “El hecho de haber perdido los espacios públicos en el Río Santa Catarina no es un tema menor, urge volver a habilitar todo el Río en parques deportivos”. Como se sabe, Cantú entregó los terrenos del Río a capitalistas privados cuando fue alcalde de Monterrey, despojando a miles de niños y jóvenes pobres de sus campos naturales de juego.
No, Mauricio no puede ir contra su propia clase. Pero sí puede lograr que todo el poder del Estado se lance contra la niñez que abandonada y envilecida no merecía la atención de la clase gobernante, pero que armada ahora con los cuernos de chivo ¡manguera si vuelven a ver la luz!
Por eso es grotesco que Fernández exija a la gente “que busque una solución de cómo resolver el problema”. Qué tal si la gente deja de guiarse por los medios capitalistas y empieza a ver que si sus hijos se han convertido en monstruos es porque en eso los ha transformado esta monstruosa sociedad de clases; qué tal si la gente le dice a Mauricio que la solución del problema es acabar con la escandalosa corrupción que ha propiciado el narcotráfico desde los altos cargos de gobierno de todos los niveles y de todas las fuerzas de seguridad, pero que también hay que acabar con la explotación capitalista, madre de todas las miserias, crímenes y vicios de esta sociedad que Mauricio dice que estamos mandando al diablo… por culpa de los niños?
La clase gobernante nos está demostrando hasta qué extremo es capaz de llegar para defender su existencia. Ante los avances en la lucha por la defensa de los Derechos Humanos responde con la militarización, los cateos domiciliarios y este gravísimo atentado contra la niñez en condiciones de vulnerabilidad.
La parte más conciente de la ciudadanía puede hacer mucho para contrarrestar esta ofensiva de esa clase que se niega a morir. Puede acompañar al pueblo, por ejemplo, en su lucha por escuelas de calidad para sus hijos, donde tengan asegurados de manera gratuita sus alimentos, lo cual permitirá que estén seguros en escuelas de tiempo completo (turnos de 7 horas diarias en lugar de las 4 y media actuales) desde el jardín hasta la Prepa, exigiendo que ésta pase a ser parte de la educación básica, gratuita y obligatoria. Puede y debe apoyar al pueblo trabajador para que el gobierno invierta en útiles, uniformes y alimentos gratuitos los miles de millones de pesos que la clase gobernante prefiere invertir para llenar de niños esas escuelas del crimen que son las cárceles mexicanas.
Lo demás, la solución que Mauricio le exige a “la gente”, no se dará ahora, pero se dará y no le va a gustar.
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Tarde que temprano, el proletariado y sus hijos se despertara de este largo y letargoso amodorramiento, en el que lo tiene sumido la burguesia con toda su maquinaria de lavado de cerebros..."lo que se produce en las fabricas, es de quien lo produce".
ResponderEliminarverulo murillo