jueves, 14 de junio de 2012
Por un movimiento juvenil más allá del 1o de Julio
Hace unos días,
el Co. Héctor Camero Haro fue invitado al Foro “Memorias de la lucha por la
Autonomía Universitaria”. Camero expuso aspectos relevantes de esa lucha y sus
antecedentes, semejanzas y diferencias con la situación actual y sobre todo, destacó
una enseñanza fundamental: la juventud cumplirá su papel en la historia si –y sólo
si- se une al pueblo trabajador y lucha con él.
Camero entregó
el siguiente mensaje escrito a los asistentes:
Con motivo de
este Foro me dirijo a ustedes por el papel revolucionario que deben y pueden
representar en la lucha contra la explotación y opresión capitalista, ya que
limitarse a la lucha estudiantil, olvidándose de quienes son las principales
víctimas del capital, finalmente los conducirá a ser, o explotadores
capitalistas, o servidores de los capitalistas, que para el caso es lo mismo.
Solamente
integrándose con las masas obreras y campesinas pobres, luchando junto a ellas,
aprendiendo de ellas, poniendo a su servicio los conocimientos aprendidos en
las Universidades, contribuyendo a su organización, su unión, su
concientización, su movilización, es como podemos convertirnos en verdaderos
revolucionarios, es como podemos devolver algo de lo mucho que le debemos al
pueblo sencillo y trabajador.
Reproducimos
para ustedes este artículo escrito por Mao Zedong que en nuestra juventud nos
motivó para pasar del movimiento estudiantil a fundirnos con el pueblo y
servirlo de todo corazón.
La Orientación del Movimiento Juvenil
Mao Zedong, 4 de mayo de 1939
Este mismo día,
hace veinte años, se produjo en China un importante acontecimiento, conocido en
la historia como el Movimiento del 4 de Mayo, en el cual participaron los
estudiantes; fue un movimiento de gran significación. ¿Qué papel ha desempeñado
la juventud china a partir de entonces? En cierta medida, un papel de
vanguardia, que, salvo los recalcitrantes, todo el país reconoce. ¿En qué
consiste ese papel de vanguardia? En tomar la cabeza, en marchar al frente de
las filas revolucionarias.
En las filas
antiimperialistas y antifeudales del pueblo chino milita un contingente de
jóvenes intelectuales y estudiantes. Es un contingente de considerable magnitud
que, a pesar de los muchos que han dado su vida, suma hoy varios millones.
Forma un ejército, y muy importante, en la lucha contra el imperialismo y el
feudalismo. Pero este ejército solo no es suficiente; no podemos derrotar al
enemigo contando únicamente con él, ya que, pese a todo; no constituye la
fuerza .principal.
¿Cuál es,
entonces, la fuerza principal? Los obreros y campesinos. Nuestros jóvenes
intelectuales y estudiantes deben ir a las masas obreras y campesinas, que
representan el 90 por ciento de la población, y movilizarlas y organizarlas. Si
no tuviéramos esta fuerza principal, los obreros y campesinos, si no contáramos
más que con el contingente de jóvenes intelectuales y estudiantes, no podríamos
vencer al imperialismo y al feudalismo. Por lo tanto, los jóvenes intelectuales
y estudiantes de todo el país deben integrarse con las amplias masas
obreras y campesinas y formar con ellas un solo cuerpo; únicamente así se podrá
crear un ejército poderoso. ¡Un ejército de cientos de millones de hombres! Sólo
con este inmenso ejército destruiremos las sólidas posiciones del enemigo y sus
últimos baluartes.
Al evaluar el
movimiento juvenil del pasado desde este punto de vista, es preciso señalar una
tendencia errónea: en el movimiento juvenil de las últimas décadas, un sector
de los jóvenes se ha negado a unirse con las masas obreras y campesinas y se ha
opuesto al movimiento obrero y campesino; esto constituye una contracorriente
dentro del movimiento juvenil. En realidad, estos jóvenes son poco inteligentes,
pues rechazan unirse con las masas obreras y campesinas, que abarcan al 90 por
ciento de la población, e incluso se oponen radicalmente a ellas. ¿Es buena
esta tendencia? Consideró que no, porque al oponerse a los obreros y
campesinos, esos jóvenes están oponiéndose a la revolución; por eso decimos que
es una contracorriente dentro del movimiento juvenil. Un
movimiento juvenil que tuviese tal naturaleza no llegaría a nada bueno. Hace
unos días escribí un breve artículo (El
Movimiento del 4 de Mayo), en el cual señalaba:
"En último término, el criterio para
distinguir entre los intelectuales revolucionarios y los no revolucionarios o
los contrarrevolucionarios es ver si están dispuestos o no a integrarse con las
masas obreras y campesinas, y si realmente lo hacen"
Aquí planteo un
criterio que considero como el único válido. ¿Cómo juzgar si un joven es
revolucionario? ¿Cómo discernirlo? Sólo hay un criterio: ver si está dispuesto
a integrarse, y se integra en la práctica, con las grandes masas obreras y
campesinas. Es revolucionario si lo quiere hacer y lo hace; de otro modo es no
revolucionario o contrarrevolucionario. Si se integra hoy con las masas obreras
y campesinas, es hoy revolucionario; si mañana deja de hacerlo o pasa a oprimir
a la gente sencilla, se transformará en no revolucionario o en
contrarrevolucionario.
Hay jóvenes que
se limitan a discursear sobre su fe en los Tres Principios del Pueblo o en el
marxismo, pero esto no prueba nada. Fíjense. ¿No habla Hitler de su fe en el
"socialismo"? ¡También Mussolini era "socialista" hace
veinte años! Y ¿qué es en el fondo su "socialismo"? ¡Fascismo! ¿No "creyó" Chang Kuo-tao en
el marxismo? ¿Qué ha sido de él? Ha desertado y se ha hundido en la ciénaga.
Por eso, cuando
queremos juzgar a una persona y saber si es un verdadero o un falso partidario
de los Tres Principios del Pueblo, o si es un verdadero o un falso marxista,
basta con ver cuál es su relación con las amplias masas obreras y campesinas, y
de este modo todo quedará claro inmediatamente. Este es el único criterio; no
hay otro. Espero que la juventud de todo el país comprenderá bien que los
obreros y campesinos son sus amigos y marchará hacia un luminoso futuro.
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Felicitaciones a la radio y al programa norteño dominical de fco mtz esquivel de adodaca
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