viernes, 18 de mayo de 2012
El Fascistoide, unos amigos...
Gabriel Quadri
desempeña el triste papel de títere al servicio de una mercenaria líder
sindical que utiliza los votos de su partido-sindicato corporativamente para ponerlos
a disposición del partido con mayores oportunidades de ganar, que además le
garantice las cuotas de poder y de enriquecimiento que la insaciable mujer
reclama para sí y sus allegados.
Tan miserable papel
no le había ganado interés de la ciudadanía, ni siquiera de los medios, hasta que el
bajísimo nivel del debate del 6 de mayo le infló su estatura… inflación que
pinchó el estudiantado de la Universidad de Querétaro, que harto del falso
personaje lo rechazó al grito de “títere”
y “candidato de Elba Esther”.
Gabriel Quadri utilizó
el escenario del Consejo de la UANL el 17 de mayo para desahogarse: “Lo ocurrido en la
Universidad de Querétaro es una muestra de que existe un grupo
"fascistoide", dispuesto a recurrir a prácticas comunes entre los
grupos de choque en las dictaduras para romper los canales de diálogo en las
instituciones públicas”, “Creo que quienes quieren impedir el diálogo, el
debate y y la argumentación civilizada y respetuosa sí están acudiendo a
tácticas y prácticas que en el pasado se han identificado con grupos fascistas,
por eso dije que eran conductas fascistoides y lo reitero".
Sin embargo, este
pseudodemócrata que previene contra “grupos de choque de las dictaduras que
rompen canales de diálogo etc. etc.”, el pasado 24 de abril ente estudiantes y
maestros del Tec de Monterrey justificó la brutal represión de la policía que
en el estado de Guerrero asesinó a dos estudiantes de la Normal de Ayotzinapa;
para ello no vaciló en desviar descaradamente la responsabilidad de su
patrocinadora en la baja calidad de la educación pública del país, ni al tergiversar la historia de la guerra sucia en
ese Estado para culpar a quienes no hicieron sino defenderse del feroz cacicazgo
priista que torturó y asesinó para acallar toda forma de protesta en los años 60s
y 70s.
En efecto, Quadri
acusó a “Grupos radicales insertos en las Escuelas Normales” de provocar la caída
de la calidad educativa, “Estos grupos, que datan de Genaro Vázquez y Lucio
Cabañas, han provocado que la educación vaya en picada… Había muchos grupos
guerrilleros y todos fueron maestros, imagínense un sistema educativo que tiene
que lidiar con ellos y que hoy forman parte. Tomaron las normales, están en sus
manos. Habrán sabido recientemente de Guerrero, que tomaron la autopista y hubo
hasta muertos” (El Norte, 25 de abril de 2012).
Este enano
intelectual borró de un plumazo la siniestra historia de su patrocinadora y
achaca sus culpas a dos de los más grandes combatientes del México moderno, al
tiempo que criminaliza a los estudiantes victimados alevosamente por un
gobierno que contestó con la represión a las protestas reconocidas públicamente
como justas por las investigaciones de la CNDH.
Pero no sólo ante los
estudiantes del Tec exhibió Quadri desvergonzadamente sus ideas fascistoides,
en el mismo debate declaró sin rubor su ilusión por contar con policías tan
eficientes (para la represión, le faltó
decir) como los carabineros chilenos y la policía nacional española, es decir, los
cuerpos policiacos que en uno y otro país acaban de ser exhibidos azotando a su
juventud rebelde; heredero uno, de
aquellos carabineros que junto con el ejército golpista derribaron al gobierno
legítimo de Allende y heredero el otro de las tradiciones fascistas de la
dictadura franquista.
Tienes razón, pues,
Gabriel Quadri. Hay que ponerle un alto a las ideas fascistoides. Es lo que han
hecho con él los estudiantes de la UAQ.
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