jueves, 13 de febrero de 2014

Ni el frío ni la lluvia congelaron la ardiente exigencia de ¡Pensión universal!

400 trabajadoras y trabajadores en retiro convocadas por la AC "Tierra y Libertad" desafiaron el pasado 11 de febrero uno de los peores días del invierno regiomontano para continuar el movimiento en demanda de la PENSIÓN UNIVERSAL prometida por el candidato Enrique Peña Nieto durante el debate del 6 de mayo de 2012, incumplida por el Presidente Peña Nieto ya apoltronado en la silla presidencial.

Otros tantos, o quizás más, sí tuvieron que abrir el paréntesis para evitar sufrir los riesgos por la precaria salud de los cuerpos ya cansados por toda una vida de duro trabajo, pero advierten: ¡pronto tomaremos nuestro sitio en la batalla!
Por tercera ocasión el elegante vestíbulo  del Condominio Acero, donde se ubican las oficinas de Sedesol federal, se vio colmado por una multitud que contrastaba por su digna pobreza con el lujoso entorno y el tufo a burocracia y a negocios.
Y por segunda ocasión, el Delegado federal Pablo Elizondo García eludió hacer frente a  la demanda. En verdad. un funcionario que gana en un solo día el equivalente al doble de la pensión con la cual un trabajador en retiro debe tratar de resolver sus necesidades básicas durante todo un mes,  nada puede argumentar que pueda someter en la resignación al pensionado.
No sólo eso. La aceptación por la Sedesol Federal de los pensionados y pensionadas en los límites inferiores a 1, 092 pesos  mensuales dentro del programa 65 y Más, implica ya de por sí un primer paso todavía muy restringido, pero un paso al fin, hacia el objetivo de abrir la puerta a todas y todos los pensionados, sin ninguna condición que no sea la de contar con 65 años cumplidos.
México es un país con las jornadas de trabajo más extensas y más mal pagadas del mercado capitalista internacional; sus pensiones que apenas abarcan a un tercio de la población laboriosa son una vergüenza, reflejo a su vez de las condiciones de estricto control a la que se ve sometida la clase obrera mexicana por la triada infernal: patrones, líderes vende-obreros y gobierno.

La compensación a las pensiones miserables con los programas de apoyo estatal y federal no representa  sino la devolución de una ínfima parte de la riqueza social que millones de trabajadoras y trabajadores rinden diariamente a lo largo de  su vida productiva. La pensión por edad, a todas y todos los mayores de 65 años deben aplicarse sin más demora, eliminando el injusto y discriminatorio requisito de no contar con alguna pensión. 

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