miércoles, 16 de diciembre de 2009

¡Hasta nos olvidamos de las goleadas!


Si la vida fuera un juego de futbol, que fea goleada recibiriamos cada año. Goleados por el desempleo, goleados por los bajos salarios, goleados por las jornadas de explotacion laboral, goleados por los feminicidios, goleados por injusticias como el cierre de LyF, Atenco, etc etc...
Por eso el pueblo (de Monterrey, en este caso) enloquece cuando por fin ve una buena, aunque sea en el deporte-negocio; además, ahi están los medios para elevar el triunfo hasta el espacio sideral, y el Gobierno del Estado gastando recursos públicos con tal de ganar un lugarcito en el carro de la victoria.
Durante el desfile de la apoteosis por las calles del centro (desfile que ahora no generó ninguna protesta, al contrario de la carrera de 3 mil esforzados maratonistas), un periodico burgues dijo que desde la visita del Papa no se veia una multitud semejante. Lo cual parece confirmar que el nuevo opio del pueblo es el futbol. Pero no me juzguen mal:
No me opongo al festejo, lo celebro / Me opongo al estúpido y al pillo /
al "Monterrey ladrón de mi cerebro" / y al Gobierno ladrón de mi bolsillo

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