Escucha audio referente a esta nota en español por el compañero Gil Verdugo:
Escucha versión del audio anterior en inglés por el compañero Michael Levitas:
Al
analizar el proceso que llevó a la aprobación de la Reforma Laboral por el
pleno de la Cámara de Diputados, Gilfredo Verdugo afirmó en el programa Mundo
Obrero de Radio Tierra y Libertad:
“La iniciativa
de Felipe Calderón, aprobada con calidad de preferente para que pudiera ser
presentada ante las Cámaras en el final de su período, con el total acuerdo del
PAN y el PRI en la parte económica, es una muestra cabal del carácter de clase
del Estado mexicano, que manda obedeciendo... a los intereses de la clase
capitalista.
“Nadie,
absolutamente nadie entre los trabajadores y en su sano juicio –dijo Verdugo-
creería realmente que la tal reforma represente algún beneficio para la clase
obrera. Pero algo que pasan por alto quienes ahora se duelen por este golpe
traidor al proletariado mexicano, es que ésta es sólo la formalización de una reforma a las leyes laborales que hace
muchos años se venía aplicando a lo largo y ancho de todo el país.
La reforma, confirmación legal de prácticas de
explotación añejas
“Miles y miles de hombres y mujeres han sido
víctimas de la subcontratación desde hace muchos años, con salarios y
prestaciones muy por debajo de los contratos colectivos que las empresas pactan
con los sindicatos; carecen de antigüedad porque son contratados cada seis
meses, carecen de seguridad social y son despedidos en cualquier momento sin
atreverse a exigir una liquidación justa porque en la Junta de Conciliación
jamás les darán la razón y aceptan resignados, de lo perdido, lo que aparezca.
“Ahora el
PRI y el PAN han legalizado las atrocidades que los patrones
capitalistas ilegalmente venían cometiendo, beneficiando con la reforma sobre
todo a los pequeños y medianos capitalistas, quienes por disponer de menores
recursos frente a la crisis, más frecuentemente usaban estos despóticos métodos
en perjuicio de sus esclavos asalariados.
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¡México, México y otra vez se las... |
En cuanto
a los partidos políticos, Gilfredo Verdugo hizo esta diferenciación: “Por su
ideología y su política patronal, el PAN no tiene necesidad de disfrazar sus
intenciones. Para ese partido, lo que es bueno para los patrones, es bueno para
México. En cambio, el PRI ha actuado con toda perversidad. Tenía lista su
iniciativa de reforma desde el año pasado, pero calculó que al conocerse ésta, acabaría
por arrastrar la votación a favor de López Obrador. Favorecido Peña Nieto fraudulentamente por los
árbitros electorales, el PRI tuvo las manos libres para acordar con Calderón la
reforma, pero siempre pretextando el
beneficio de los trabajadores. Al montar la aplanadora sobre sus opositores,
repitieron el mismo grito de ¡México, México, México!, con el cual festejaron
el aumento del IVA de 10 al 15 por ciento, trayendo no tan involuntariamente el
recuerdo de la obscena Roqueseñal, como si los violados pudieran compartir la
satisfacción de los violadores.
El papel de los partidos de “izquierda” en la aprobación
de la reforma
En cuanto
a los llamados partidos “de izquierda”, para Gilfredo Verdugo no hay duda del
papel de comparsas que están jugando para contribuir a crear ilusiones en una
democracia burguesa que finalmente acabará por asestar el golpe contra el
pueblo. “Estos partidos sabían perfectamente hacía dónde se encaminaba todo el
proceso. Sabían de antemano el resultado de la votación en el pleno. La ‘toma’
de la tribuna, las ‘enérgicas’ denuncias, las gigantescas mantas, etc., fueron
solo un aparatoso simulacro frente a la aplanadora que se burló de ellos desde
el balcón, demostrando para lo que sirve y servirá la famosa ‘más alta tribuna
del país’.
“Otra
cosa habría sido si esos diputados y diputadas en solidaridad con López Obrador,
su candidato presidencial víctima por segunda vez de un proceso totalmente
viciado, hubieran renunciado a su cargo, colocando así al régimen en una crisis
política, pues a los ojos de todo el pueblo aparecerían nítidamente quiénes los
están entregando amarrados de pies y manos a sus explotadores y frente a ellos, luchando en la calle, denunciando en las fábricas, unos candidatos electos pero renunciados por dignidad.
“Pero
estos ‘representantes de izquierda’ ya llegaron al paraíso y no dejarán sus
curules con las jugosas dietas y privilegios que les permiten emular la vida
que gozan sus odiados enemigos burgueses, por lo que no pasarán de simular poses de
la más feroz, pero inofensiva oposición.
Para
rematar, el PRI, sin apoyo del PAN, y más aún con la oposición de éste, preservó
el derecho de los líderes vendeobreros para seguir manipulando a discreción a
los trabajadores sindicalizados, sin voto secreto, sin registro público de sindicatos ni de contratos colectivos, sin
rendición de cuentas, etc., gracias al voto del diputado del PT Adolfo Orive. ¿Traidor?
Claro que no. Sólo es traidor quien, considerado digno de confianza, viola los
acuerdos y da la espalda a los principios. El PT y los demás partidos “de
izquierda” conocían perfectamente el pasado pleno de traiciones de este
oportunista. Peña Nieto sabrá recompensar a él y a Alberto Anaya este oportuno
voto.
La derrota puede convertirse en su contrario
Quienes
reprochan a la clase obrera y a las masas explotadas y oprimidas su pasividad
ante los golpes de sus enemigos, debían comprender primero la profunda y
justificada desconfianza que aquéllas tienen, mil veces utilizadas y
traicionadas por toda clase de oportunistas y demagogos.
La clase
obrera y el pueblo en general tienen que luchar ahora desde más abajo, pero no
cabe duda que lo harán. La vapuleada clase obrera no puede lamer la mano que le
azota, sólo tiene que reconocer quiénes son sus amigos sinceros. Sus grandes
banderas serán las que hasta ahora permanecen ausentes de marchas y proclamas:
disminución de la jornada laboral, semana de 40 horas que solo unos cuantos
sindicatos disfrutan, aumento salarial no menor de cuatro veces al actual, ley
de prevención de riesgos de accidente, seguro del desempleo, etc., junto con la
lucha por la democracia electoral para recuperar a los sindicatos como sus
instrumentos de lucha.
La
votación a favor de la reforma patronal no es ajena a la reciente coyuntura
electoral, sino una continuación lógica de ésta, un triunfo que puede
convertirse en pírrico si la parte más firme y consecuente de los millones de hombres y mujeres que se
involucraron en ella depositando su confianza en un líder carismático a quien la
reaccionaria oligarquía mexicana no piensa dar jamás la oportunidad de gobernar,
comprende que la única salida a esta
cerrazón antidemocrática está en
construir fuertes organizaciones de masas, de estudiantes, obreros(as),
desempleados, campesinos pobres, probados en la lucha diaria y permanente por
la solución a las múltiples necesidades que más les afectan, hasta hacerse
capaces en su desarrollo ideológico, político y organizativo, de enfrentar y
vencer a quienes hasta ahora les han aplastado.
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