El periodismo ético, la radio universitaria, la cultura musical y la defensa acrisolada de los derechos humanos en Monterrey estuvieron dignamente representados por los testigos que continuaron dando un alto nivel a la defensa de la modestísima voz, temporalmente apagada, de la radio de los trabajadores pobres de Monterrey, Radio Tierra y Libertad.
Cuatro valiosos testimonios se sumaron el pasado 19 de octubre a los que se han vertido en el Juzgado 5º. Penal en relación al juicio que se sigue por la acusación contra Héctor Camero y la transmisión a través de la radio comunitaria.
El Lic. Horacio Guajardo, maestro de periodistas, fundador de la Fac. de Ciencias de la Comunicación de la UDEM, que fuera maestro de la UNAM, de la Ibero y de la UANL, estudioso y militante del sindicalismo mexicano, apoyó con su testimonio la causa de Radio Tyl y de las radios comunitarias en general.
El maestro Alvaro Guadiana, Director de Radio UDEM, solidario impulsor de la comunicación popular, atento seguidor del desarrollo de la radio comunitaria de Monterrey desde los inicios de ésta, así como Patricio Gómez Junco, destacado maestro de la Escuela Superior de Música y exDirector de la misma, autor del Himno de Nuevo León, participante en varios programas musicales de Radio TyL y la siempre solidaria Hermana Consuelo Morales, Directora de Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos AC (CADHAC), una institución de reconocida presencia en la defensa de los derechos humanos de los desposeídos en esta ciudad de aberrantes diferencias sociales, fueron quienes cerraron el período de presentación de testimonios orales.
Como ellos, seguramente otras personas de probada calidad moral e intelectual que han seguido este proceso habrían aceptado con el mismo ánimo y firmeza participar en esta presentación de pruebas y testimonios. Nos congratulamos con todos ellos, con los convocados y con los que sabemos que siempre se puede contar (ellos y ellas), pues ante la densa oscuridad de la represión de los poderosos, la solidaridad aparece como un sol más brillante en este Monterrey, que aquél que seguía a Alfonso Reyes niño.
Seguramente Don Alfonso nos daría permiso (so pena de que nos apliquen otra vez la Ley de Bienes Nacionales por usar, aprovechar y explotar los Bienes Nacionales sin permiso de las autoridades) de tomar un fragmento de su conocida poesía para referirnos al fecundo calor que la solidaridad puede prodigar como otro sol del Monterrey que él no alcanzó a conocer:
Le digo a mi corazón:
-¡Ya tienes sol para rato!
-Es tesoro – y no se acaba:
no se acaba – y lo gasto
Traigo tanto sol adentro
Que lo doy y no me cansa
Fotos: a la izquierda Patricio Gómez Junco. A la derecha: Alvaro Guadiana, Consuelo Morales, Sra. Graciela Olvera de Guajardo y el maestro Horacio Guajardo.
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